El atolón Glover, el más alejado de Belice

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Como toda América Central, Belice es una tierra llena de bellezas naturales. Tiene llanuras costeras planas y pantanosas, muchas sin árboles debido a la deforestación de los leñadores ingleses, una cadena montañosa al sur y en la costa que da al Mar Caribe guarda uno de los mejores tesoros submarinos del hemisferio occidental: los arrecifes de coral.

Arrecife del Atolón de Glovers
 
Estos arrecifes forman una barrera gigantesca, la más larga del mundo después de la Gran Barrera de Coral de Australia, y se extiende desde el sur de México hasta el norte de Honduras. Desde estos países se puede llegar a sus correspondientes partes de la barrera y lo mismo desde Belice.

 El arrecife de Glover en Belice

En particular, es mejor visitar el lejano Atolón de Glover, el más lejano y menos contaminado que la propia UNESCO ya ha declarado Patrimonio de la Humanidad.
 
Lleva el nombre de un bucanero llamado Glober y, una vez en el mar, se tarda unas horas en llegar allí. Si el mar está agitado, calcula unas 4 horas o más, pero con suerte las aguas turquesas mostrarán algunas de sus bellezas en el viaje: delfines y manatíes.

Atolón de Glovers
 
Después, las aguas se calman y se entra con el bote en una enorme laguna turquesa y está el atolón de Glover ...y en él un exclusivo resort todo incluido llamado Glover's Resort. ¿Es caro? Alrededor de 200 dólares a la semana. Es muy bueno, aunque es un original y un tanto accidentado resort dirigido por una familia de millonarios que compraron algunas islas hace más de 30 años a buenos precios.

Glovers Atoll resort en Belice
 
Las islas de Belice son casi todas privadas, pero aquí esta familia ha construido un centro turístico distante y barato donde la paz del agua turquesa, la brisa fresca y el horizonte eterno se combinan para lograr las mejores vacaciones. Jaques Cousteau se enamoró de la Gran Barrera en los años 60, ¿no lo va a intentar?